viernes, 23 de octubre de 2009

¿Sabés qué me gusta? Me gustan los magos.

Hasta hace unas semanas solía maravillarme con la excentricidad de algunas personas. Hoy sólo me enamora la suya; porque no es excentricidad, es personalidad.
El que sabe buscar, busca pureza. Y ahí es de donde nacen sus palabras.
¿Qué es lo que espero? La verdad, no tengo idea.

CREZCAMOS UN POCO.

Para contarte, canto
quiero que sepas
cuánto me haces bien
me haces bien
me haces bien
Te quiero de mil modos
te quiero sobre todo
me haces bien
me haces bien
me haces bien
Basta ver el reflejo de tus ojos en los míos
como se lleva el frío
para entender
que el corazón no miente
que afortunadamente
me haces bien
me haces bien
me haces bien

miércoles, 21 de octubre de 2009

A mal tiempo...

Mi realidad cambia, el entorno cambia a su tiempo vertiginoso; y con ellos, mi manera de percibirlos.
El clima de la tarde era digno de todas nuestras miradas... Las calles, convertidas en espejos, por momentos amenazaban con disparar la escencia humana.
El cielo opaco pretendía opacar el sol, pero fue el sol el que, escondido, opacó el brillo de mis ojos atentos.
Y detrás mío, estaba ÉL.

martes, 13 de octubre de 2009

Con título.

La tarde anterior su corazon había dejado de latir. Simplemente sintió que ya no podía y cesó. Sintió que lo había perdido todo y cesó.

sábado, 10 de octubre de 2009

CHAU.

Sólo para que veas de qué manera me afecta el hecho haber partido, voy a permanecer inmutable y firme en mis convicciones. No nos amamos. No más.

martes, 6 de octubre de 2009

I used to see for him, but i got blind. YES, his fault.

Sus palabras, puntiagudas se retorcieron en mi pecho. En ese momento supe que mi intuición todavía funcionaba perfectamente. A veces desearía que no.
De todas maneras no me arrepiento de nada. Las heridas son mis pruebas de estar transitando.
Porque eso es todo lo que el amor se empeña en dejarme, heridas y nada mas.

Algún dia, confío, el tedio lo va a calmar.

lunes, 5 de octubre de 2009

A él.

Mi corazón habia dejado de arder, al fin.
Supuse, ése era el castigo de los dioses para los necios que dejamos a las alas del ensueño penetrar la carne y llenar las venas hasta irrumpir en la propia voluntad.
Por las noches sus manos dibujaban poesía; pero cada mañana el sol sale indefectiblemente, frío como el hielo mismo, y muere en el intento de despertarnos a nosotros, los mortales.
Y es que no prevalecemos en la memoria de nadie porque gustamos de entregar las nuestras para que otros las habiten eternamente.

Dicen por ahí que

Mi foto
se llama Barrbi Cáseres.